La habilidad para adaptarse y crecer a pesar de las disrupciones, esto es, la agilidad estratégica, permite afrontar de mejor manera la incertidumbre.
En tiempos de alta complejidad y convulsión (alta inflación, economía recesiva, incertidumbre política, guerra en Ucrania, etc.) la agilidad estratégica ha pasado a ser un factor indispensable.
Por agilidad estratégica entendemos la habilidad para adaptarse y crecer a pesar de las disrupciones. Y, estoy convencido de que aquellas empresas que son ágiles estratégicamente terminan siendo exitosas. Aquí hay al menos 5 factores para lograr estas capacidades:
1. Comunicar la estrategia a seguir
Es clave que toda la organización sepa cuáles son las prioridades estratégicas. Esto significa explicar qué significan cada uno de los desafíos estratégicos, dar a entender por qué son importantes (qué hay detrás) y dar a conocer la forma en que los colaboradores pueden contribuir a esa estrategia. Y, por cierto, el ejemplo que den los líderes es muy importante. Los colaboradores quieren ver reflejada la estrategia en los comportamientos de los gerentes.
2. Priorizar la velocidad por sobre la perfección
No busquemos lo 100% perfecto, con todo tipo de detalle, evaluado con todos los parámetros financieros. Más bien atrevámonos a probar, experimentar, ver qué pasa. Y luego si resulta, sigamos adelante con fuerza.
3. Traducir la estrategia a prácticas simples y entendibles por los niveles operativos
La simpleza en estos momentos es más importante que nunca. Se requieren acciones rápidas pero sencillas, que apunten a resolver aquellos cuellos de botella que no nos dejan avanzar.
4. Ser resilientes
La habilidad para enfrentar los momentos difíciles, con altura de miras y positivismo es fundamental. El levantarse para seguir adelante, una y otra vez es determinante. Aquí nuevamente el ejemplo que den los líderes es clave.
5. Preparar a nuestros colaboradores para enfrentar el cambio
Tener un propósito y claridad estratégica ayuda enormemente a saber para dónde vamos y para focalizarnos en lo importante. Pero además debemos invertir en capacitar el capital humano para que puedan enfrentar los desafíos de las nuevas tecnologías (tales como la inteligencia artificial y el análisis de datos, por ejemplo), pero también en habilidades blandas como son el pensamiento crítico y la mirada futurista.
Revisa el artículo anterior ¿Qué es la agilidad en la gestión?
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