Publicaciones

Cómo operacionalizar la estrategia

El primer paso para operacionalizar la estrategia de negocios (que incluye cómo implementarla) es definir los objetivos claves de la organización.

Dado los enormes y rápidos cambios en el contexto competitivo del mundo actual y la incertidumbre extrema en que vivimos, es fundamental poder pasar rápidamente de la definición de una estrategia hacia su ejecución y, para ello, la clave es un proceso de operacionalización adecuado.

El primer paso para operacionalizar la estrategia es identificar los objetivos estratégicos claves. Para implementar su estrategia, muchas empresas se comprometen con un limitado grupo de objetivos a nivel de toda la compañía, lo que aclara las opciones que serán más importantes en los próximos años.

Estas prioridades estratégicas sirven como “flechas” para que diferentes partes de la organización se muevan en la misma dirección. Son una herramienta común para ejecutar la estrategia, particularmente entre las grandes empresas.

Objetivos claves para operacionalizar la estrategia

Para poder identificar un grupo de objetivos claves a operacionalizar, tenemos que:

  • asegurar que nos ayuden a alcanzar las aspiraciones de futuro
  • traduzcan las decisiones de dónde jugar y cómo ganar
  • sean descritos adecuadamente
  • se enfoquen en las pocas prioridades vitales del futuro del negocio
  • construyan valor para los diferentes grupos de interés
  • sobrepasen las potenciales vulnerabilidades y disrupciones de futuro
  • sirvan de base para el alineamiento de esfuerzos de la alta gerencia, entre otros.

Ahora el siguiente paso, implica la puerta de acceso de la estrategia hacia el despliegue, alineamiento, ejecución y escalabilidad. Esto es, significa el traducir los objetivos estratégicos en un plan de implementación integral, lo cual implica identificar y describir la proyección de acciones específicas para ejecutar los objetivos estratégicos derivados de las decisiones de dónde jugar y cómo ganar.

Las 3 M: medidas, metas y medios

Así, para cumplir con esto último utilizaremos la identificación de las 3M (medidas, metas y medios) para cada uno de los objetivos estratégicos definidos.

Muchas organizaciones, a pesar de que cuentan con objetivos, metas, indicadores, estrategias, iniciativas, actividades y calendarios, presupuestos, controles, sistemas de seguimiento, etc., ven cada uno de estos elementos en forma aislada o desalineada. Cuentan con, por ejemplo:

  • Presupuestos que no están conectados a los proyectos ni a los indicadores.
  • Proyectos que no tienen indicadores tangibles de impacto (no únicamente indicadores de proyectos) ni metas de efectividad (cuánto lograrán de beneficios).
  • Indicadores que no están vinculados a los objetivos y estrategias.
  • Controles y sistemas de seguimiento que no están eslabonados con los objetivos, indicadores y metas.

Vemos entonces claramente el rol de las 3M en el aprendizaje de la organización:

  • Si no tengo medidas, no sé dónde estoy;
  • Si no tengo metas, no sé qué impacto busco;
  • Si no tengo medios, no tengo cómo lograr las metas, y
  • Si no mido, no tengo aprendizaje ni validación de los medios.

Actualízate en el curso sobre control de gestión (online)
de Clase Ejecutiva UC.

Otras publicaciones

¿Se equivocó Amazon en su estrategia?

¿Cuadro de mando integral o tablero de gestión?

NPS: ¿Es la mejor forma de medir la satisfacción del cliente?

Balanced scorecard: ¿Se convirtió en un dolor de cabeza?

Si tuviera que medir solo 6 KPI: ¿Cuáles elegiría?

La empresa ambidiestra: ¿Cómo explotar y explorar exitosamente?

¿Cómo medir la transformación digital?

Facebook: ¡Transparentar o morir!