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Tenemos un problema con la implementación de la estrategia

¿Le ocurre que un porcentaje relativamente pequeño de las estrategias de su empresa jamás llegan a implementarse? ¿Le ocurre a Ud que por más que se proponga, al final las cosas simplemente no ocurren?  Veamos algunas de las causas.

Ha cambiado la fuente de creación de valor

En la era industrial, la mayor parte del valor se generaba por los activos tangibles (materiales). Hoy, sin embargo, las oportunidades de crear valor están más bien en los activos intangibles (relaciones con los clientes, competencias de los empleados, bases de datos, etc.). Administrar intangibles es mucho más difícil y lento.

Por otra parte, los sistemas de medición no han cambiado y aún seguimos utilizando indicadores financieros, que eran los apropiados para registrar inversiones tangibles. Por lo tanto, como no estamos midiendo las variables que actualmente explican el éxito, no podemos hacer gestión, y, si no podemos gestionar, menos vamos a poder implementar.

Lo anterior revela que estas empresas no logran vincular la gestión de corto plazo a la estrategia de largo plazo.  En estas organizaciones los mecanismos de gestión se tienden a concentrar en las mediciones financieras de corto plazo, el presupuesto y en las cifras financieras trimestrales y anuales.

La estrategia no es simple ni tiene foco

La implementación de la estrategia falla porque las empresas no realizan un proceso formal de traducción de la estrategia en términos sencillos, medibles y concretos. La mayoría de las empresas asumen que por el simple hecho de definir la estrategia, ésta se entenderá y ejecutará.

La experiencia nos señala que si no hacemos el trabajo de transmitirle explícitamente a los niveles inferiores de la organización lo que queremos que se haga, la tarea no ocurrirá.

La estrategia no se alinea

Finalmente, la implementación de la estrategia también falla porque las empresas no se están preocupando de alinear. La alineación es lograr que los miembros de una organización compartan un entendimiento de lo que es el negocio, sus propósitos y metas. Es a su vez lograr que los miembros de una organización sepan cómo contribuyen a la estrategia del negocio. Para ello se requiere un proceso de sincronización entre niveles y áreas para que en conjunto coordinemos el logro de los objetivos estratégicos de la organización como un todo.

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